LA LINGÜÍSTICA
HISTORICO-COMPARATIVA EN EL SIGLO XlX.
El trabajo de los
comparatistas se inicia explícitamente en el primer cuarto de siglo con las
obras de F. Schlegel (1808), F Bopp
(1816), R. Rask (1818) y J. Grimm (1822), quienes tenían como inmediato el
trabajo ( o mejor “la noticia”) de William Jones, sobre el sanscrito.
La tarea de los
gramáticos histórico-comparatistas (“históricos” por sus objetivos de
reconstrucción; “comparatistas” por la metodología utilizada) puede inscribirse
dentro de una antigua y general preocupación por los orígenes de las lenguas y
del lenguaje mismo, aunque con evidentes matices diferenciadores.
Todas las lenguas son
diferentes unas de otras, incluso si se han originado de una misma lengua. Mas
en concreto, había afirmado el origen común entre el ingles y el islandés;
“tenemos la misma lengua, pese a que o bien en una de ellas se han producido
muchos cambios, o bien en ambas se han dado bastantes.
Dante señalo tras la
dispersión de Babel, llego a Europa una lengua de tres ramas. Una de ellas se
estableció en las zonas meridionales y de ella se engendraron tres lenguas
vulgares.
Los mismos nomores, como
dios, cielo, amor, mar, tierra, es, vive, nuere, y otras muchas palabras. No
tenemos que Dante denomina las lenguas con los signos de las afirmaciones
diversas (oc, oíl, si), como hará J.J. Escaligero tres siglos después. Lo que
sucede es que Dante se baso en las
similitudes del vocabulario para probar el origen común, sistema que, como
tendremos ocasión de comprobar, no es idóneo en el terreno de la comparación.
J.J. Escaligero y de
Leibniz, representantes, respectivamente, de las tesis poli genética y mono
genética del lenguaje.
Siete de ellas son
consideradas como “matrices menores” por estar menos extendidas que las cuatro
restantes y son el albanes, el tártaro, el húngaro, el fines, el irlandés, el
bretón y el vasco, las cuatro llamadas “matrices mayores”
El italiano, francés y
el castellano serán lenguas hijas de la madre o matriz latina; la matriz
germánica engendrara el alemán (alto y bajo).
Leibniz considera que
todas estas lenguas tienen un solo origen; los escitas del mar negro, emigrados
hacia el oeste; es decir, hacia Europa. Mas acertado anduvo Leibniz al afirma
que el celta, el latín y el griego tenían muchas raíces (o radicales) comunes;
pero no atino al aseverar que las lenguas británicas, gálica y alemana proceden
de una misma fuente y pueden ser consideradas como variantes de la misma lengua
que podríamos llamar celta.
El segundo bloque de
antecedentes al trabajo de los comparatistas viene constituido por la tarea de
los compiladores de textos en diversas lenguas.
La obra mas
representativa (o al menos mas conocida) de la época fuel Mithradates de
Gesner, publicada en 1555, que contenía veintidós versiones del “padrenuestro”,
texto religioso que por sus características léxicas y gramaticales no era el
mas indicado para extraer datos significativos a la hora de la comparación.
Catalogo de las lenguas
de las naciones conocidas, compuestas por Lorenzo Hervas y Paanduro y publicada
en seis volúmenes, entres 1800 y 1804. En ella se da la noticia de unas
trescientas lenguas. E n la mayoría de los casos se incluye el texto del
padrenuestro como ilustración.
La primera edición, de
1786 ( el mismo año en que Williams Jones dará la noticia del sanscrito),
recogía una lista de doscientas ochenta y cinco palabras en doscientas lenguas
europeas y asiáticas.
Ya desde finales de
siglo XVl algunos viajeros y misioneros habían dejado constancia de la
existencia de una lengua antigua de la india que tenia notables puntos de
contacto con algunas de las viejas y de las nuevas lenguas europeas. Filippo
Sassetti destaco, hacia 1588, las coincidencias entre los numerales del sanscrito
y los del italiano y casi dos siglos después (1778), N. B. Halhed se refirió,
con mayor precisión, a estas semejanzas, “me sorprendí al descubrí este
parecido de palabras sanscritas con otras persas, árabes e incluso latinas y
griegas.
Wilhelm Von Humboldt
En su obra póstuma,
generalmente conocida como Introducción a la obra sobre el kavi (o lengua de la
isla de java), se refiere Humboldt a algo mas de treinta lenguas, entre ellas
solo unas pocas de las estudiadas por los comparatistas: el persa, el zenda,
el prácrito; las restantes son lenguas
como el cheroke, el malayo, el tagalo, el quechua, etc.
En su obra sobre la
lengua de java, y especialmente en ella, establecerá Humboldt un paralelo entre
la fuerza que da origen a las culturas (manifestaciones diversas de la energía
espiritual de la humanidad), y la fuerza que engendra las lenguas.
A propósito de la lengua
sanscrita dice Humboldt que no es la cultura de la india antigua la que elaboro
la lengua, sino que ambas (la cultura y la lengua) provienen del “genio del
pueblo”. Desde esta perspectiva, existiría un elemento previo (el genio humano,
diversificado según los pueblos) que, simultáneamente, daría origen a las
culturas y a las lenguas.
Herder opinaba que la
mayoría de las veces pensamos con la lengua, en la lengua y, a menudo, según la
lengua. E n consecuencia, Herder se preguntaría si la lengua y la manera de
pensar de un pueblo no estarían en armonía; bajando a un terreno mas concreto,
plantearía si la filosofía de la literatura alemana no estaría determinada por
la propia lengua alemana.
Humboldt considera que
todas las lenguas poseen recursos para expresar las relaciones gramaticales
(persona, tiempo, caso, etc.).
Humboldt esta formulando
una hipótesis (existe un paralelo entre las distintas lenguas y las diferencias
espirituales de los pueblos). Según Humboldt, existe una lengua concreta que
solo puede ser definida en su devenir (esto es, genéticamente). Esta seria la
dimensión o aspecto inmediato de la lengua; su manifestación en los actos de
habla. Pero es posible otro enfoque mas profundo “solo puede considerarse como
lengua la totalidad del habla”.
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