EL LATIN, LAS LENGUAS
VULGARES Y LA ESPECULACION LINGÜÍSTICA EN LOS SIGLOS XVl Y XVlX.
¿Sabias que el
renacimiento se abre hacia mediados del
siglo xv?
El renacimiento se
compone de gramáticas prácticas, tanto del latín como de las lenguas vulgares,
a partir de la metodología suministrada por los gramáticos y retóricos latinos
(Prisciano y Quintiliano, sobre todo) y también se reflexiona sobre las causas
o fundamentos del lenguaje a partir de la lengua latina y de otras.
En el Renacimiento se
produce la integración de lo “clásico” y de lo “vulgar”. En nuestro caso, el
estudio de las lenguas como e griego, el latín y el hebreo se hermana con el de
otras que están esperando a alcanzar, ellas también, el reconocimiento de
lenguas clásicas.
Hombres como Valla y
Vives lucharon para que se abandonasen los tratados medievales de gramática, y
para que se adoptase un latín purgado del “barbarismos” medieval. Abogaron por
una lengua literaria basada en el usus y no en las causae de los lógicos y
trataron de reemplazar las viejas gramáticas dialécticas, o grammaticae
speculativae.
Las lenguas vulgares
recibieron descripciones gramaticales sobre la base de la metodología utilizada
para el latín, lo cual conllevaba otorgarles un prestigio semejante por que,
como señalara Villalón en 1558, “todos cuantos hacen cuenta de las lenguas y de
su autoridad dicen que la protección y valor de la lengua se debe de tomar y
deducir de poder ser reducida a artes.
La primera gramática
renacentista de una lengua románica será la de Nebrija, en 1492,(Gramamatica
castellana); le seguirá le regolle della lingua fiorentina, en 1495, de autor
anónimo, acaso atribuible a Lorenzo el Magnifico; Palsgrave, en 1530, escribirá
la primera gramatica del francés (Esclarcissement de la langue francoyse);
Fernando de Oliveira, en 1536, la primera gramatica portuguesa (Gramática da
linguagem portuguesa);Giamburalli, en 1551, la primera obra con autoria para el
italiano (Della lingua che si parla e si serive a firenze).
La mayor parte de estas
obras (tanto sobre la lengua latina, como sobre las románicas) se escribe
dentro de la que podemos calificar como “orientación practica” en los estudios
de gramaticales.
Los objetivos o
finalidades que impulsaron a los gramáticos renacentistas no fueron siempre
estrictamente los mismos en todas las obras; pero si que podemos extraer de
ellas algunos propósitos dominantes.
Algunos autores
renacentistas se preocuparon, además, por el futuro de las lenguas. Sabían muy
bien que el latín era una lengua del pasado y pensaban que empezó a dejar de
existir, como tal lengua viva, cuando desapareció el poder de roma. Tampoco
ignoraban que a través de aquellas gramáticas latinas fue posible acceder a las
obras de los clásicos. En consecuencia, los renacentistas escribirán gramáticas
de las lenguas vulgares, tanto para frenar su evolución, como para prevenir ese
futuro en el que, acaso, ya no existirán como lenguas vivas.
El aprendizaje de la
gramática latina se realizaría con menor agobio si previamente se habían hecho
estudios gramaticales de y en la propia lengua. En segundo lugar, no es
infrecuente que estas obras estén concebidas, en todo o en parte, como manuales
para extranjeros; en todo, la obra del Anónimo de Lovaina (1559); en parte, la
Gramática castellana de Nebrija (1492), cuyo libro V se titula “De las
instrucciones de la lengua castellana para los que de extraña lengua querrán
deprender”.
La estructura de las
gramáticas del Renacimiento se ajusta con bastante fidelidad a la disposición
de las obras greco-latinas; Salvo por el frecuente prologo justificativo,
comienzan por el estudio de las letras, de sus combinaciones y pronunciación
(ortografía y prosodia); pasan luego al estudio mas extenso de las partes de la
oración (etimología); desarrollan brevemente los problemas relativos a la
construcción (sintaxis) y acaban con un apartado bastante heterogéneo que
comprende el tratamiento de las infracciones (barbarismo, solecismos, etc.).
En gramáticas como estas
tiene interés primordial el capitulo de la “etimología”, dedicado al estudio de
las partes de la oración.
En un nivel inferior de
análisis, a cada elemento de una parte de la oración se le aplican unos
determinados accidentes (piedra es común, primitivo, simple, femenino, singular
y nominativo) sin variaciones apreciables respecto de la gramática
greco-latina. En realidad, si los latinos preservaron del olvido a los
gramáticos griegos, los renacentistas adaptaron las obras de Quintiliano,
Donato y Prisciano y prolongaron sus efectos en el mundo cultural occidental.
Pero no fue esta la
única orientación gramatical en la época que comentamos. Señala Padley que
hacia 1530 ya había quedado concluida la tarea que los humanistas se habían
propuesto llevar a termino: el latín había sido devuelto a su pureza primitiva,
se habían realizado adiciones de los autores latinos y, además, se contaba ya
con las gramáticas que permitían el aprendizaje del latín clásico, fundamento
de la educación humanista. Loa autores que se escriben dentro de esta corriente
teórica o especulativa (Julio Cesar Escaligero, Petrus Ramus y Francisco
Sánchez de las Brozas son los mas representativos e influyentes) no pretenden
elaborar gramáticas cuyo único y primordial objetivo sea enseñar la lengua
latina. Ahora, el acento se desplaza hacia la indapación de los fundamentos de esa lengua y, mas en
general, del lenguaje humano. En oposición, pues, a las anteriores
Instituciones, Rudimenta, Exercitationes,etc.
No olvidemos la energía
con que el broncense defendía a sus propias tesis “contra todos los gramáticos”
(es decir, los de la tradición practica) cuyas teorías calificaba de “cegados
por las tinieblas de la ignorancia”, incapaces de seguir los pasos de
prisciano; ”caterva de gramáticos” en definitiva.” Como anota Robins,
plantearon sus obras al margen de las necesidades puramente educativas; no eran
didactas, si no teóricos y, a su modo, investigadores. Y, de un modo bastante
paralelo, aceptaron la autoridad de prisciano al que, por otra parte,
reprocharon que hubiese hecho una gramática sin bases teóricas. Estos dos
ejemplos de reacción contra una gramática puramente práctica y falta de teoría,
Y de preocupación por
establecer los fundamentos del lenguaje, se verán repetidos en nuestros días
por la reacción de los generativistas contra cierto tipo de estructuralismo por
que deja sin explicar bastantes fenómenos lingüísticos y por que se despreocupa
de los grandes problemas que plantean el conocimiento de la estructura del
lenguaje, de su aprendizaje y uso, etc.
La Minerva es una obra
enteramente original como a veces se ha pretendido, ni es el brocense el mas
excelso de entre todos los gramáticos del Renacimiento, en la Minerva resuenan
en ocasiones hasta literalmente, los planteamientos de linacre (Redimenta
grammatices, 1536), J.C. Escalígero (De causis linguae latinae, 1540) y Petrus
Ramus ( Scholae in liberates artes, 1559), entre otros.
La gramática, como ars
recte loquendi o “arte de hablar correctamente” tiene por objeto el estudio de
la congruens oratio (“oración correnta”) y, en contra de la cuatriparticipacion
tradicional, se articula en dos grandes bloques temáticos: el estudio de las
partes de la oración, o “etimologías”, y el de las construcciones, o
“sintaxis”.
Las partes de la oración
son tres; nombre verbo y partículas. En este aspecto, el Broncense deja de lado
la línea de Dionisio de tracia, Donato, Prisciano, etc, y, tras una breve
historia del problema, participa de la opinión de Aristóteles, Varron, San
Agustin y los gramáticos hebreos.
La Gramática de
Port-Royal
La Grammaire generale el
raisonnee de Port-Royal (1660), ha sido altamente revalorizada, atraída hacia
las coordenadas de la lingüística moderna y ha quedado sometida, a través del
estudio chomskiano, a fuertes polémicas.
Un ejemplo de lo primero
es Arens, quien a lo largo de sus mas de mil paginas de textos y comentarios
dedica solo dos breves paginas a recoger un texto de Port-Royal.
Para Arens, que
explecitamente opta por el positivismo, la Grammaire se atiene el “método
apoyado en la tiranía de la razón” y sugiere que sus autores pretenden
discurrir sobre los universales linguisticos ocupándose “solo del griego, latín
y francés” (las lenguas citadas en la Grammaire son, en realidad, siete;
hebreo, latin, griego, francés, italiano, alemán y castellano).
Señala Chomsky que la
“la gramática universal de los filósofos de Port Royal surge en amplia medida
como una reacción contra una actitud estrechamente “descriptivista”, según la
cual el único objeto de la descripción lingüística seria los datos del lenguaje
actualizado”. Sin embargo esta reacción
no están radical como imagina Chomsky
porque uno de sus autores, Claude Lancelot, compuso entre 1656 y 1660 cuatro
métodos practicos para entender el latín. El griego, el italiano y el
castellano.
La originalidad de los
gramáticos de Port-Royal estriba en considerar el lenguaje como manifestación
de las operaciones básicas que realiza la mente humana.
Con el trabajo de
fundamentación que es la Grammaire se pretende penetrar en las causas de los
usos linguisticos para “hacer de una manera científica aquello que otros
simplemente hacen por hábitos.
“La gramatica es el arte
de hablar. Hablar es manifestar los propios pensamientos por medio de unos
signos que los hombres han inventado con este fin”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario