domingo, 23 de septiembre de 2012

LA LINGÜÍSTICA HISTÓRICO-COMPARATIVA


LA LINGÜÍSTICA HISTORICO-COMPARATIVA EN EL SIGLO XlX.
El trabajo de los comparatistas se inicia explícitamente en el primer cuarto de siglo con las obras de       F. Schlegel (1808), F Bopp (1816), R. Rask (1818) y J. Grimm (1822), quienes tenían como inmediato el trabajo ( o mejor “la noticia”) de William Jones, sobre el sanscrito.
La tarea de los gramáticos histórico-comparatistas (“históricos” por sus objetivos de reconstrucción; “comparatistas” por la metodología utilizada) puede inscribirse dentro de una antigua y general preocupación por los orígenes de las lenguas y del lenguaje mismo, aunque con evidentes matices diferenciadores.
Todas las lenguas son diferentes unas de otras, incluso si se han originado de una misma lengua. Mas en concreto, había afirmado el origen común entre el ingles y el islandés; “tenemos la misma lengua, pese a que o bien en una de ellas se han producido muchos cambios, o bien en ambas se han dado bastantes.
Dante señalo tras la dispersión de Babel, llego a Europa una lengua de tres ramas. Una de ellas se estableció en las zonas meridionales y de ella se engendraron tres lenguas vulgares.
Los mismos nomores, como dios, cielo, amor, mar, tierra, es, vive, nuere, y otras muchas palabras. No tenemos que Dante denomina las lenguas con los signos de las afirmaciones diversas (oc, oíl, si), como hará J.J. Escaligero tres siglos después. Lo que sucede es que Dante se baso  en las similitudes del vocabulario para probar el origen común, sistema que, como tendremos ocasión de comprobar, no es idóneo en el terreno de la comparación.
J.J. Escaligero y de Leibniz, representantes, respectivamente, de las tesis poli genética y mono genética del lenguaje.
Siete de ellas son consideradas como “matrices menores” por estar menos extendidas que las cuatro restantes y son el albanes, el tártaro, el húngaro, el fines, el irlandés, el bretón y el vasco, las cuatro llamadas “matrices mayores”
El italiano, francés y el castellano serán lenguas hijas de la madre o matriz latina; la matriz germánica engendrara el alemán (alto y bajo).
Leibniz considera que todas estas lenguas tienen un solo origen; los escitas del mar negro, emigrados hacia el oeste; es decir, hacia Europa. Mas acertado anduvo Leibniz al afirma que el celta, el latín y el griego tenían muchas raíces (o radicales) comunes; pero no atino al aseverar que las lenguas británicas, gálica y alemana proceden de una misma fuente y pueden ser consideradas como variantes de la misma lengua que podríamos llamar celta.
El segundo bloque de antecedentes al trabajo de los comparatistas viene constituido por la tarea de los compiladores de textos en diversas lenguas.
La obra mas representativa (o al menos mas conocida) de la época fuel Mithradates de Gesner, publicada en 1555, que contenía veintidós versiones del “padrenuestro”, texto religioso que por sus características léxicas y gramaticales no era el mas indicado para extraer datos significativos a la hora de la comparación.
Catalogo de las lenguas de las naciones conocidas, compuestas por Lorenzo Hervas y Paanduro y publicada en seis volúmenes, entres 1800 y 1804. En ella se da la noticia de unas trescientas lenguas. E n la mayoría de los casos se incluye el texto del padrenuestro  como ilustración.
La primera edición, de 1786 ( el mismo año en que Williams Jones dará la noticia del sanscrito), recogía una lista de doscientas ochenta y cinco palabras en doscientas lenguas europeas y asiáticas.
Ya desde finales de siglo XVl algunos viajeros y misioneros habían dejado constancia de la existencia de una lengua antigua de la india que tenia notables puntos de contacto con algunas de las viejas y de las nuevas lenguas europeas. Filippo Sassetti destaco, hacia 1588, las coincidencias entre los numerales del sanscrito y los del italiano y casi dos siglos después (1778), N. B. Halhed se refirió, con mayor precisión, a estas semejanzas, “me sorprendí al descubrí este parecido de palabras sanscritas con otras persas, árabes e incluso latinas y griegas.
Wilhelm Von Humboldt
En su obra póstuma, generalmente conocida como Introducción a la obra sobre el kavi (o lengua de la isla de java), se refiere Humboldt a algo mas de treinta lenguas, entre ellas solo unas pocas de las estudiadas por los comparatistas: el persa, el zenda, el  prácrito; las restantes son lenguas como el cheroke, el malayo, el tagalo, el quechua, etc.
En su obra sobre la lengua de java, y especialmente en ella, establecerá Humboldt un paralelo entre la fuerza que da origen a las culturas (manifestaciones diversas de la energía espiritual de la humanidad), y la fuerza que engendra las lenguas.
A propósito de la lengua sanscrita dice Humboldt que no es la cultura de la india antigua la que elaboro la lengua, sino que ambas (la cultura y la lengua) provienen del “genio del pueblo”. Desde esta perspectiva, existiría un elemento previo (el genio humano, diversificado según los pueblos) que, simultáneamente, daría origen a las culturas y a las lenguas.
Herder opinaba que la mayoría de las veces pensamos con la lengua, en la lengua y, a menudo, según la lengua. E n consecuencia, Herder se preguntaría si la lengua y la manera de pensar de un pueblo no estarían en armonía; bajando a un terreno mas concreto, plantearía si la filosofía de la literatura alemana no estaría determinada por la propia lengua alemana.
Humboldt considera que todas las lenguas poseen recursos para expresar las relaciones gramaticales (persona, tiempo, caso, etc.).
Humboldt esta formulando una hipótesis (existe un paralelo entre las distintas lenguas y las diferencias espirituales de los pueblos). Según Humboldt, existe una lengua concreta que solo puede ser definida en su devenir (esto es, genéticamente). Esta seria la dimensión o aspecto inmediato de la lengua; su manifestación en los actos de habla. Pero es posible otro enfoque mas profundo “solo puede considerarse como lengua la totalidad del habla”.

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